Había una vez unas letras que, cuando se juntaban, bailaban y reían, jugaban y disfrutaban de lo que son. Se cogían de las manos y echaban a andar. Alguna vez ocurría que, por un despiste, una se tropezaba y caía de bruces. Pero, por suerte, ahí estaban las demás, para levantarla y acompañarla mientras se reponía del golpe. La cuestión, decían, era estar juntas. Y así, a todas partes. A veces, se encontraban con otro grupo de letras que se burlaba de las demás. Aprovechaba cualquier ocasión para ponerle la zancadilla a más de una, para verla caer.
Pero éstas, a pesar de que no les ganaban en número, sabían que eran más fuertes y que lograrían vencer. Lo que las mantenía a salvo era, en realidad, su palabra, a la que ellas mismas daban sentido. El amor es lo que aprendieron de sí mismas y lo que las llevó hacia nuevos horizontes, mientras que el odio, lleno de impotencia, no entendía cómo la suya no le llevó a ninguna parte.
Nuestro día a día de voluntarios
Durante estas tres semanas que llevamos en Arequipa (Perú), nuestra labor como voluntarios ha sido muy variada y enriquecedora. Por las mañanas, yo colaboro en la casa cuna (guardería) de San José de Tiabaya. Mientras tanto, Javi realiza tareas de mantenimiento en la casa de las Hermanas del IRSJG, donde estamos durante este mes.
La verdad es que he descubierto nuevas facetas mías con los niños. Tienen entre uno y cuatro años y cada grupo tiene unas necesidades distintas, por lo que estoy aprendiendo muchas cosas. Junto a las maestras, cantamos, jugamos y bailamos, incluso pintamos algunos dibujos con los niños. También aprendo a cambiarles el pañal a los más pequeños, se les enseña a ir al baño a los más mayores y se les ayuda a comer cuando no pueden solos, entre otras cosas.
El ajetreo del mercado
Aparte de esto, apoyo en las labores de la cocina cuando es necesario, lo que me ha permitido conocer el mercado Abelino en Arequipa. Tiene un encanto especial presenciar la vorágine de la vida diaria de las callecitas que hay entre los distintos puestos del mercado. Cada vendedor va anunciando su mejor oferta a toda voz, mientras alguien te para y te ofrece algún producto que va mostrando a los clientes del mercado de forma itinerante. Hay que andar con ojo con los carretilleros que transportan los productos de un lado a otro del mercado abriéndose paso entre la gente a una velocidad considerable. Y si no se va acompañado de una persona local que te aconseje cómo tener cuidado, dicen (incluso los de aquí) que hay que vigilar mucho con algunos que se ganan el jornal a base de adueñarse de las cosas de los demás.
Tareas de mantenimiento
Javi, mientras tanto, se dedica a arreglar cosas en la casa, como alguna puerta desajustada y el techo del tejado del patio, que estaba roto. También ha ordenado el trastero y clasificado las cosas útiles y las que no, ha pintado parte de una pared descascarillada, ha arreglado parte del tejado del local donde nos reunimos con los niños mayores… Y ambos hemos barrido todo el local para intentar eliminar los restos de excrementos de las palomas. Así, los días están pasando rápidamente, casi sin darnos cuenta.
Ayudando con refuerzo escolar
Por las tardes, solemos ir a ese local, donde acuden niños de entre siete y diez años, para ayudarles con las tareas del colegio. Algunos días tienen deberes y otros no. En ese caso, les entretenemos con algún truco de magia o juego educativo, como aprender los países y capitales de Sudamérica con un globo terráqueo inflable. O Javi les enseña a jugar a pelota vasca, aunque sea con una pelota de tenis. Otros días piden que les hagamos un dictado de un cuento para que lo puedan escribir en la pizarra. Y me invento uno, como el de arriba del todo. Lo importante es disfrutar del tiempo compartido, aprender cosas mutuamente y ayudarles a que entiendan las tareas que tienen que realizar para el colegio, como los ejercicios sobre las tablas de multiplicar, que las hemos repasado con ellos varios días.
También apoyamos a las Hnas. con otras labores que hacen durante el fin de semana. Por ejemplo, hemos ido a visitar a personas mayores que están enfermas y tienen dificultad para salir de casa. Y el otro día estuvimos acompañando una clase de catequesis para niños que viven en los cerros, que es justo donde tienen menos recursos.
Si una cosa estoy aprendiendo estos días, es a entregarme a la experiencia. Compartir, aprender mutuamente, tanto de los niños como de las personas que estamos conociendo, dar lo mejor de una misma… Por éstas y otras mil razones, recomendaría a cualquiera realizar un voluntariado alguna vez en la vida. Porque lo mejor de que te expliquen un cuento, es vivirlo.
Molt bonic el que esteu fent Ana! Serà un viatge per recordar. Molts petons!
Merci mama!! Sí, és una experiència molt bonica… Crec que la recordarem sempre 🙂 Besitoos!!!
Hola mis amigos, leyendo se te abre el corazón y te entran ganas de vivir la experiencia. Se nota que estáis dando todo y viviendo intensamente la experiencia, es muy gratificante dar y compartir lo que se tiene, vivirlo y disfrutarlo, un fuerte abrazo. Os quiero mucho. Muaaa
¡¡Gracias Vicen!!? y leyéndote a ti nosotros nos sentimos agradecidos por el apoyo y nos llega tu cariño… ¡Sabes que te queremos muchísimo! ¡Un beso!
Hola Ana!
Vaya niños más ricos!! me encanta leer y que compartáis conmigo vuestra experiencia. Me parece maravilloso todo lo que estáis haciendo… me va mucha envidia, la labor que estáis haciendo no tiene precio y personalmente, no dudo que está siendo muy gratificante y ahora más si ya os encontráis bien, me alegro mucho.
No dejes de escribir… cada día me gusta más!!!! tus palabras son tan dulces y bonitas, como tú… un besito muy grande y otro para mi tío. Cuidaros y seguir disfrutando.
¡Mil gracias por tus palabras, Sonia! Creo que cuando se escribe desde el corazón, las cosas salen de forma fluida… ¡Te mandamos un beso enorme para ti también! ¡Recuerdos a Álvaro y un besito para el peque! ?
Hola…mis palabras se quedan cortas despues de leer tu comentario, ya veo que haceis de todo y eso es muy bonito, me alegra mucho que esteis bien, las fotos son preciosas, ya se termina el tiempo ha pasado rapido y seguro que os dará pena iros….pero os llevais lo mejor el haber dedicado ese tiempo a gente que lo necesitaba, os quiero mucho y tambien agardezco a mis hermanas de congregación su apoyo avuestra lavor y la entrega de ellas día a día. Un abarzo
Sí, la verdad es que apreciamos muchísimo el apoyo de las Hnas. y nos sentimos muy agradecidos. Estamos muy arropados por ellas ? Su dedicación tanto en la posta médica como en la casa cuna es increíble… ¡Los días pasan rápido, pero lo importante es haberlo vivido! ¡Muchas gracias también por tu apoyo, Mª Eugenia!? ¡¡Un abrazo muy fuerte!!
Molt bonics els nens, la foto és preciosa. I el conte, una meravella. T’hi hauries de dedicar!
Una forta abraçada
Maite
Aiii moltes gràcies, Maite! Quina il.lusió el teu comentari! Com dic des de fa un temps… sempre és hora de somiar!
Que palabras más bonita!!!! Me transmite mucho tu manera de expresar. Gracias!!!!!! Que buena labor hacéis, que grandes sois
¡¡Gracias a ti, guapaa!! ¡¡Un beso y un abrazo enormee!!?
Hola Ana que rapido se pasa el tiempo que bueno que han aprovechado el tiempo. Que bellas experiencias que nos cuentas. Saludos a Javi y desde ya gracias por todo el bien que han hecho por Arequipa.
¡Muchas gracias, Maria Elena! Sí, es verdad… El tiempo pasa deprisa. En cuanto nos hemos querido dar cuenta, ya hemos terminado el voluntariado. Ha sido una experiencia realmente bonita para nosotros. Saludos a las Hnas. de Villa El Salvador. ¡Un abrazo!
Que maravilloso lo que hacen, sigan adelante es tiempo de creer en los sueños, un gusto haberlos conocido
¡Muchas gracias, René! ¡A nosotros también nos encantó conocerte en Cusco! ¡Te mandamos un abrazo muy fuerte! 🙂