Hoy he decidido ponerme a escribir, un día más. Uno cualquiera, a las tres de la mañana. Sin poder dormir, sólo me surgen palabras. Mi cabeza es un bullicio que no me deja pegar ojo. Es una manía que tengo: durante el día sueño despierta y por la noche escribo en sueños.
Podría haber esperado a que el momento fuera más apropiado, podría haber seguido como si nada, con mi rutina y trabajo diario, durante mucho tiempo más. Podría haber actuado de forma más sensata, como, por ejemplo, salir de viaje teniendo otra fuente de ingresos para no quedarme sin red. Podría… Tantas cosas podría haber hecho… Pero quizás entienda más las cosas de corazón que con sensatez. Elegí el camino de los sueños. Decidí no esperar. Sin saber bien qué me espera mañana.