A pesar de que ya había visto muchas fotos del salar de Uyuni, la experiencia no me decepcionó para nada. Es más, me impresionó y me dejó con la boca abierta la mitad del tiempo… No sé por qué, pero cuando me subo a un vehículo con vistas a la carretera, mi mente empieza a divagar casi automáticamente. Mis pensamientos se dispersan y conecto directamente con mis sueños, objetivos, locuras…etc. Pero una vez entramos en el salar, sin ningún tipo de referencia ni dirección aparente más que el horizonte inundado de blanco por la sal, unido al azul cielo, di rienda suelta a mis pensamientos por completo, con la mirada fija hacia ningún lugar y alucinando con el paisaje.
Cómo se siente un vuelo en parapente
Por un rato estás en el cielo. Y no es un sueño, ni una imaginación, sino que es literal, aunque te cueste creerlo. Es de verdad y te encuentras volando en parapente durante aproximadamente media hora, anque a ti te parezca que el tiempo en el cielo se detiene…y ahí estás…igual que los pájaros.
Palabras aladas
De repente estaba de viaje con mi pareja, en ese momento nos encontrábamos en la habitación de un hostal. Yo tenía la mirada puesta en mi bolsa, que no se paraba de mover. Algo se movía dentro, se resistía, gritaba. Empecé a hablar más alto para que no oyeran esos gritos, para que no se dieran cuenta de nada. Seguimos nuestra marcha.