Procrastinación. Qué palabra más fea. Ya está, ya lo he dicho. No me gusta esta palabra, lo siento. Ni a la vista ni por cómo suena. Y en cuanto al significado, mucho menos, claro. Es increíble cómo puede ser que haya algo que realmente quieres hacer, que verdaderamente sientes que te hace mucha ilusión, por tantos motivos, y a la vez no te sientas capaz de hacerlo, ni siquiera de empezarlo.